
Llamamos Neolítico a la segunda gran etapa de la Prehistoria, caracterizada por el avance y el progreso de sus pobladores. Consideramos que el neolítico tiene su origen con la aparición de la agricultura y de la ganadería.
Hace como unos diez mil años, los seres humanos de la Prehistoria fueron sintiendo la necesidad de permanecer cada vez más tiempo en un mismo lugar, y fueron buscando asentamientos. La aparición del fuego, sin duda, fue fundamental para que esto sucediera ya que resultaba mucho más fácil alimentarse y fabricar alimentos. Aquellos hombres y mujeres, con el abandono del nomadismo y el comienzo del sedentarismo, comenzaron a cultivar plantas en sus terrenos y a domesticar a los animales con el consecuente aumento de la población. Estas aldeas tendían a formarse cerca de los ríos para poder disfrutar del agua de los mismos y poder regar con ella los cultivos y alimentar y cuidar a los animales. Estas aldeas pronto estarían dirigidas por jefes, encargados del orden y de la seguridad en el poblado. Los hombres y mujeres del Neolítico se organizaban en tribus.

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Hoces: estas herramientas eran utilizadas para recoger las cosechas del campo.
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Azadas: estas herramientas eran utilizadas para arar la tierra.
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Molinos: los molinos de mano se utilizaban ya durante el Neolítico para moler el grano.
Los habitantes del Neolítico se conocen también por aspectos tan importantes como el del descubrimiento de la fabricación de los tejidos y el de la alfarería o fabricación de las cerámicas. Inventaron cosas tan importantes como la rueda, el telar o el arado. Durante el Neolítico también comenzó a usarse la vela para navegar utilizando la fuerza del viento para conseguirlo, así como el inicio de las construcciones megalíticas, que son grandes construcciones de piedra que se clasifican en tres tipos: menhir, dolmen y crómlech.
